Caramillo en las sombras, espada o uva desnuda
Crepúsculos en los quinqués, fuego en los espejos
Un cielo sin perfil, una taza con reflejos
La divinidad imperial de una senda muda.
Porque robustecidos con la gracia menuda
Podría esparcir el verso en la piel de las sombras
Un pétalo de un puño danzante en las alfombras
Un boscaje templado de palabra carnuda.
Fluidez de la aspereza, un éxodo sin retorno
Son las aisladas diabluras en los recovecos
Las estacadas de unos cuernos, la creación huecos.
Letras fugaces o perennes en el entorno
Retozos abstractos de símbolos desteñidos
Sonetos rasgados de mi alma sin voz caídos.
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